Tal vez te refugiaste en una Pagoda
inadvertida a los ojos insensibles
tal vez el canto del lirio me bañó el alma
tal vez fue un gorrión aprendiendo a soñar
tal vez se perdió entre las guerras cotidianas
el lloro de una noche enternecida
o simplemente
sucedió que seguí libando almas
a pesar de haber
hecho todas las abluciones
Un tiritar de espuma chocando contra mi pecho
necesario sentir para hacer zumo de estrellas
o los colores de la camisa que luce el astro perdido
me devolvieron aquel puñado de flores
donde había guardado esa mirada
que estremeció al mismo viento del Norte