Las grandes pasiones son enfermedades incurables. Lo que podría curarlas las haría verdaderamente peligrosas.
Goethe
¿No escuchas que lloro añorada gacela?
Acaso no ves colgando de mi mandíbula
un perro con su piel verde de tanto
beber agua estancada
tal vez no repares que mis ojos
se gastaron mirando la marea
perdiéndose entre lauredales de plástico
y salitre que nunca ardió
puede que mi voz se entretenga con esos leones de mar
vestidos de equinoccio que no dejan
de jugar a capturar rayos de estrellas
dormidas enanas capciosas equivocadas tremendistas
por ello mi voz divaga entre mi cuerpo y tu recuerdo
¿No escuchas como chirrían mis costillas?
Veo que cambiaste tu moto rojo aguador
por un modelo alemán
todo diseño y fiabilidad de funcionario fértil
¿Quieres sorprender a tu padre cuando cuenta
todas las ovejas que atesora
cuando alinea todas las banderas que se coloca
en la muñeca
cuando juega a ser cicatero hasta con los besos?
me dijeron que simplemente quieres ser de las primeras
en llegar a la fiesta de la primavera
pero cuando cierro los ojos para verte
no me extraña sorprenderte acariciando una a una
las bielas que cantan algo que debió
escribir Goethe o Wagner
¿O es el rezo de la mujer del marinero
que Orth descubrió en una borrasca?
borrasca que embebe el vestido que nunca usas