Anhelante
regresa al brillar de
caléndulas
cuando cae el signo incierto
cuando todo a su alrededor chispea
como esquila nueva acunada
por
novilla que no recuerda amaneceres
cuando helada la noche refulgen
con fuerza impropia de
indirectos
señales siderales en pupila
adolescente abrasada por la
piel
anhelada temblorosa fronteriza
cuando retrocede la mano que
acaricia
ante escalofrío gozoso
confundido
con temor agonizante con
escaldarse
nervioso con resucitar sin temor
3 comentarios:
Dependerá de la generosidad de las lluvias...
Precioso, Manolo.
Un beso grande.
SIL
Las lluvias llegaron. Fue en momentos que prefería estar como siempre, solo y pegado a mi ruina. Los días grises,de cielos embarrados de nubes amenazadoras, eran los menos frágiles a mi persona...
Dos elementos que a través de círculos vuelven a revivirse. Los amaneceres siempre son recordados y si hay algo a lo que no se debe temer, es a resucitar, como dice los versos.
La declaración final es toda esperanza. Hermosa poesía, llega.
Anouna
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