A Alfonso y Anita, a los que les traicionó una mentira.
Deslustrado,
el tiempo que dura la
eternidad
anidó en mi dedo despidiéndose.
Insuficiente tarea para alas
de
mundos inexistentes, para
edificios en descampados,
para
cajas de cervezas remendando
mesas que no existen, para
todo ese veneno marrón desbocado.
Te fuiste, a pesar de no
estar hacía años,
donde el sol calienta un
poco más,
donde la palabra no es sólo
sonido,
donde los abrazos calientan
la sonrisa.
Te fuiste, eso pensabas,
al lugar del que decías
venir.
La pena es que en tu
entierro solamente
estuvimos aquellos que
sabíamos que un
lugar así existe: tú nos lo
enseñaste
antes de la ruina en los
dientes, antes
de la piel color rata, antes
de morir cada
vez que querías ir donde,
decías,
la luz es la voz de aquella
que se te adelantó.
3 comentarios:
Muchos se van a destiempo, aunque no estén desde hace años.
Es terrible y precioso a la vez el último verso.
Abrazo inmenso, Manolo.
SIL
Precioso, tierno y duro a la vez. Como la vida misma.
Buen dia ;)
Un poema con mucha fuerza y duro como la realidad que cuentas. Abrazo.
Publicar un comentario