lunes, 21 de enero de 2013

Hubo un tiempo de desidia y engaño


A Alfonso y Anita, a los que les traicionó una mentira.


Deslustrado,
el tiempo que dura la eternidad
anidó en mi dedo despidiéndose.
Insuficiente tarea para alas de
mundos inexistentes, para
edificios en descampados, para
cajas de cervezas remendando
mesas que no existen, para
todo ese veneno marrón desbocado.
Te fuiste, a pesar de no estar hacía años,
donde el sol calienta un poco más,
donde la palabra no es sólo sonido,
donde los abrazos calientan la sonrisa.
Te fuiste, eso pensabas,
al lugar del que decías venir.
La pena es que en tu entierro solamente
estuvimos aquellos que sabíamos que un
lugar así existe: tú nos lo enseñaste
antes de la ruina en los dientes, antes
de la piel color rata, antes de morir cada
vez que querías ir donde, decías,
la luz es la voz de aquella que se te adelantó.

3 comentarios:

SIL dijo...

Muchos se van a destiempo, aunque no estén desde hace años.
Es terrible y precioso a la vez el último verso.



Abrazo inmenso, Manolo.



SIL

Anónimo dijo...

Precioso, tierno y duro a la vez. Como la vida misma.

Buen dia ;)

MiLaGroS dijo...

Un poema con mucha fuerza y duro como la realidad que cuentas. Abrazo.