Con la fuerza de un potro desbocado
— — ¡Oh, Fidel, con tu fuerza salvaje! —
desgarro uno a uno los minutos,
avanzo por un desfiladero a ciegas
aún sabiendo la enorme sinrazón de mi batalla.
Con las ansias de un potro sin brida
— — ¡Oh, Fidel, con tu libertad inacabable! —
desayuno con ángeles desvaídos,
trituro con mi relincho abocinado
todas las conjeturas que pueblan el pasaje.
Con la fe de un potro sin pasado
— — ¡Oh, Fidel, con la misma fe que derrochas! —
serviré de camino sobre el agua,
seré potente lucerna, faro brioso,
que ilumine el mármol y los hitos..
seré hoguera sobre la que se queme tu duda.