jueves, 14 de abril de 2011

Llamarada estival



desarmado
por la realidad que ciega
palabra y sueño y afán
y siesta a las doce y volúmenes
que ya no sonríen
avanzar a tientas cuando
se recoge sequedad en el alma
y ni siquiera quedan mesas
   ni vacías ni ocupadas —
para tanto alicaído por la
verdad herida y discordante
que llamamos visión congénita
o yedra asfixiando caderas
o estío con aguaceros

nunca gusté de otros ritmos
                                               que los marcados por las mareas

martes, 12 de abril de 2011

Nocturno y vigilia




retorno
herida abierta que palpita
una y otra vez en todas
las esquinas dónde vivimos
y cintura y buré y cincel y
noche en la tarde y bronce
volverán las oscuras…
morir irremediablemente con la sangre
tarea envuelta en cal viva
que no vive ya sal en esos ojos
ni en el labrador de palabras                                                          ni en el segador de sueños
viendo espigarse el verso                                                               viendo agostarse la voz
ni en las manchas oscuras
que cubren este folio

                        la oratoria del clavel
                                                           vuela 
                                                                     de labio a labio

jueves, 7 de abril de 2011

Bóveda sostenida




sostenido
el afán que desangra
mantiene la luz esa bóveda
incolora aún más incolora
desde que se declara respaldada
en la fuerza de aquella palabra
ya cincelada en toda luz
manos que florecen
esquinas desparramándose
y ese darnos y ese darme y ese darte
traspasando el tiempo                               con silencio
con afán que desangra
ayer es tarde
                        ofuscado está el reloj
                        transitado sin más voz
                        que la caída de esa palabra

lunes, 4 de abril de 2011

Porque es, porque siempre será


Si estuvieras conmigo y yo contigo…

fluye el raudal en una octava
real desde que la hiciste realidad
es María es José es Poesía es Pasión
compás duende sigilo
tiempo a destiempo
primordial primor
afirmación arrayán en el paladar
media verónica planchada a ese Madrid entumecido


a puñados bebo tu palabra
no quiero verlo, tiemblo
río de epítetos pechera abajo
con tanto cabo suelto tiemblo
                  alma naciendo
               desazón sobrepasando
fuera de mí, fuera de sí, fuera del mundo
tapizando realidades guarneciendo el corazón


retozando
a
la sombra de tu barba