Resulta duro echar de menos tus raíces, no cargar las pilas cada día, pero más dura es la sensación de impotencia que a veces es inevitable. Personalmente es una sensación que me puede, que me tira por tierra como a un muñeco de papel.
¿Impotencia por qué? Pues impotencia por no poder estar donde le corresponde a uno estar en determinados momentos.
Ayer a un tío mío, su mujer es hermana de mi madre, le dio un ictus cerebral; menudo notición para alegrar el fin de semana. Y como esa persona para mi es como un “padre”, pues así me lo ha demostrado toda su vida, a uno le entraron ganas de coger el automóvil y plantarse donde tenía que estar.
Pero la realidad, las obligaciones cotidianas, son las que son y solamente me queda el consuelo de hablar con mi familia para seguir su evolución y desear con todas mis fuerzas que salga de este susto. Dicen que si se desea mucho una cosa esta se cumple, ¡ojalá sea verdad!
¿Impotencia por qué? Pues impotencia por no poder estar donde le corresponde a uno estar en determinados momentos.
Ayer a un tío mío, su mujer es hermana de mi madre, le dio un ictus cerebral; menudo notición para alegrar el fin de semana. Y como esa persona para mi es como un “padre”, pues así me lo ha demostrado toda su vida, a uno le entraron ganas de coger el automóvil y plantarse donde tenía que estar.
Pero la realidad, las obligaciones cotidianas, son las que son y solamente me queda el consuelo de hablar con mi familia para seguir su evolución y desear con todas mis fuerzas que salga de este susto. Dicen que si se desea mucho una cosa esta se cumple, ¡ojalá sea verdad!
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