miércoles, 28 de enero de 2009

Y no me cansaré




Y no me cansaré
de contarle al mundo,
y a ti, mis sentimientos,
mi anhelo más profundo.

Quisiera sentirte eterna,
aunque yo sea un simple mortal,
imperfecto, que lucha
cada día por beber de tu manantial,

de ese manantial que brota
con un fuego abrasador y que quema
ardientemente la mediocridad
que puebla alrededor. Diadema

que pesa más que corona alguna,
que me hace suspirar al roce
si tu piel aspira mi mirada
y hace insuperable, eterno, el goce

de sentir que ya me miras,
que algo mío estás palpando,
aunque sólo sea con esa mirada
eterna que me está matando.

Matando por no llegar, a pesar
de mis intentos, a sentirte mía,
sólo mía; ni de tus pensamientos
siquiera. Líbrame de esta agonía

de luchar y perder siempre. Eres
la reina blanca, deja un hueco
para este pobre peón informe
que mueves como a un muñeco.

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