viernes, 6 de febrero de 2009

Necesito


Necesito tu piel húmeda y anhelante,
Necesito tu boca tórrida, acogedora,
Necesito tu voz acuciante, abrasadora
Necesito tu cintura amplia, estimulante

Necesito tus ojos serenos cual brillante
Necesito tus manos, firmes, conturbadoras
Necesito tus ingles, locas, abrasadoras
Necesito tus quejidos, ¡ah, ese instante!

Te necesito toda mía, entera, entregada
a cada instante; y en ese instante supremo
en el que hieres el aire, mueres arrebatada,

arrebatada por darme y darte al extremo
de no saber ya que más darme. Y contemplada
te entregas, hasta sentir yo, feliz, que me muero.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Juventud, divino tesoro. Nada como ese desenfreno de la juventud... ains... primaver, que la sangre altera... ains... quien fuera joven... :D

Noah dijo...

...en ese instante supremo
en el que hieres el aire, mueres arrebatada,

arrebatada por darme y darte al extremo
de no saber ya que más darme.

Uauuu!! ¡Qué magnífico poeta tenemos aquí!
No lo imagino mejor expresado...

Muy bello el poema, como todos, Manolo.
Un lujo leerte. Te voy a enlazar, que no te tengo entre mis blogs preferidos.

Un abrazo de Noah.

P.D: bitdrain, yo no creo que tenga que ver con la edad ;D

Manolo Jiménez dijo...

@ Bitdrain

joven en el alma, sin duda.

@ Noah

Me haces sonrojar Noah, me haces sonrojar.

Gracias a ambos y saludos :)

SIL dijo...

Este poema arde !!! me da miedo tocarlo.
Igual lo he leído.
Y deberé enfrentar esta propia noche las consecuencias.

Qué mariposa se resiste al fuego ??

Un saludo desde el sur más sur del mundo.