Espinelas del provocador.

Miro al cielo y le provoco
con la flor de tu mirada
¿Acaso es bravuconada
cotejar sin equivoco
sus estrellas?¿Estoy loco?
Será que me he vuelto orate,
el sentido ya perdí
al amarte yo así.
Cierto es que tengo acicate
para entrar en cruel debate

con el cielo, con la mar
con todo yo te comparo.
Son tus ojos ya el faro
que quiero parangonar
sin miedo ni vacilar
a perder ningún envite,
pues admite su belleza
toda mi total certeza
sin pensar en escondite,
más bien algún reenvite.

Que si me hallo equivocado
hay quien dice por ahí,
no han visto ni tanto así
de tu mirar delicado.
De tus ojos desjuiciado
quedará aquel que los mire
pues luceros más galanos
no descubre, ni cercanos
ni lejanos. Quien se inspire
de ellos, sin duda delire.